Hijo, eso es lo que eres, mi vida. Porque toda mi vida cambió el día que llegaste y me llenaste por completo con ese amor que nunca antes había sentido. Había amado mucho, había querido mucho, pero hasta que tú apareciste no comprendí el verdadero significado del amor. Por eso quiero agradecerte que me hayas descubierto este mundo diferente de cariño y protección.
Me siento diferente desde que estás en mi vida. Me siento más fuerte y más vital, porque estoy dispuesta a todo por ti. También me siento más segura porque por primera vez sé que formo parte de la vida de una persona de forma inevitable, con un lazo que no se romperá jamás. Y eso es lo que me da fuerza.
Tú me das la fuerza, la alegría y mantienes mi sonrisa. Pero también me mantienes alerta, siempre dispuesta a protegerte, a quererte y a darte todo. A cambio recibo la certeza de que me quieres, de que te quiero y de haber descubierto por fin el amor eterno, ese para siempre que tanto había buscado sin encontrarlo.
Quiero que sepas que pase lo que pase siempre me tendrás a tu lado, por muy lejos que esté, siempre estaré contigo, apoyándote, dándote fuerzas para superar cualquier prueba que la vida te presente. Y quiero que sepas que nunca, nunca estarás solo, que estaremos irremediablemente unidos hasta el final y más alla.
Te quiero, mi vida.
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